Hábitos, tradición, sociedad.

Comprar artículos de segunda mano, como ya pueden ver, no es sólo una cuestión de económica doméstica. Es todo un estilo de vida que podemos adoptar puntualmente o de forma constante.

Los Encantes barceloneses, el Rastro madrileño, el Camden Town londinés o el Marché aux Puces de París son algunos ejemplos de tradición de mercados de segunda mano en nuestro continente.

No, tampoco me olvido de las mañanas dominicales en el Mercat de Sant Antoni, buscando aquella moneda o cambiando cromos repetidos.

En Mobles d’Oficina d’Ocasió  también ofrecemos atención presencial, un local de exposición donde podrán “cazar” artículos de inmejorable calidad a precios muy asequibles.

Advertencia: Pasear por estos mercados puede crear adicción si despierta su instinto cazador. (Confieso que no puedo pasar ante una librería de viejo sin buscar joyas descatalogadas)

 

librería Canuda (foto de Marcel Albet Guinat)

A menudo tenemos la idea de que la segunda mano va dirigida a público con pocos recursos pero curiosamente este tipo de mercados triunfan en sociedades bienestantes y, por el contrario, son rechazados en entornos empobrecidos económicamente.

¿Pero, es de pobres comprar artículos de segunda mano? (pregunta real, leída en un fórum muy conocido)

Ciertamente, no me imagino a un pobre comprando un lamborghini de segunda mano (respuesta real en el mismo forum)

Y entonces, ¿qué target tiene el mercado de segunda mano? ¿A quién va destinado?

Lo veremos en el próximo artículo.

×